“La expresión es el eco de las primeras vibraciones del organismo. Estas han sido registradas y conservadas, pero no hay reflexión que a ellas conduzca, nuestro lenguaje razonable no puede ser su intérprete. Desde lo más recóndito del ser como desde las más remotas capas sedimentarias resurgen sedimentos ignorados por la conciencia y se concretizan en trazados que aquéllos impregnan de su secreto contenido.”
Arno Stern.
Expresarnos es una necesidad que los seres humanos tenemos desde el origen de los tiempos. Según el momento de la historia, las posibilidades técnicas del entorno y la capacidad de inventiva del individuo en cuestión hemos ido encontrando y perfeccionando múltiples y diferentes maneras de comunicar: Desde las pinturas rupestres y las primeras expresiones creativas adornando enseres de la vida cotidiana hasta las complejas formas que a día de hoy ha alcanzado el mundo del arte.
Pero todas son un reflejo de lo mismo: El deseo inherente a nuestra especie de exteriorizar nuestro personal caos interior.
Cierto es que la modernización de las sociedades ha llevado a crear toda una industria alrededor del arte, dotándolo de una dimensión económica inexistente en sus inicios. Esto además ha conllevado un cambio en la percepción social de las obras, al introducirse el juicio externo, el análisis del resultado, la clasificación y “etiquetación” del mismo… Actualmente existen definiciones para todo, variantes artísticas con multitud de subgrupos, soportes clasificados y categorías establecidas.
Pero si dejamos a un lado todo esto y recuperamos lo esencial, la expresión pura indiferente al resultado, nos encontraremos con el origen; con la persona y su necesidad de expresar. Bien sea con el dedo del pie sobre la arena, con un lápiz y un papel o tarareando canciones inventadas…
Los bebés en su desarrollo, tienen la posibilidad ir buscando formas primarias de expresión. Si su entorno contribuye a que lo hagan libremente, sin interferir, sin juzgar, sin etiquetar, sin condicionar, sin presionar… entonces serán capaces de ir explorando sus capacidades y deseos de una manera orgánica, fluída y autónoma.
Podrán experimentar sin sentirse condicionados y encontrarán vehículos a su expresión, que les permitan evolucionar de la manera más sana.
Cuántas personas habremos dejado de dibujar porque suspendimos la asignatura de dibujo en la escuela y nos sentimos privadas de ese don, excuídas pues de todo talento, casi inmerecedoras de cualquier intento de trazar sobre un papel…. O cuantas se habrán sentido inseguras a la hora de cantar cuando lo deseaban con todas sus fuerzas, después de haber escuchado en su infancia “Este niño tiene un oído nulo, desafina más que un coro de borrachos”… Cada opinión, cada juicio, nos resta un poquito de espontaneidad. Nos coloca un ladrillo en el muro que separa nuestro subconsciente de nuestra razón.
Es casi una obligación, como educadores y como adultas… Tratar de ofrecer espacios seguros a la infancia para que puedan desarrollar todas sus capacidades expresivas, sean de la índole que sean, otorgando las herramientas requeridas y la protección necesaria para respetar su actividad.
Niñas y niños que crecen expresandoSe libremente, probablemente serán personas adultas con seguridad a la hora de comunicar. Es en la infancia donde podemos cuidar que esto suceda.
Y nunca es demasiado tarde para perdonarnos aquel suspenso en Dibujo Técnico y darnos otra oportunidad. No es necesario exponer en la Tate Gallery de Londres ni obtener las mejores críticas de las revistas especializadas. Menos mal! Lo único necesario eres tú, y tu primario deseo de expresar… Solo hay que dejarlo salir.
El arte: Esencia de los vínculos, la crianza, el juego y el aprendizaje.
Esta semana en Montessori Canela te ofrecemos un nuevo curso en linea, completamente gratis, para que continúes con tu formación desde el lugar en el que estés. El tema será: El arte: Esencia de los vínculos, la crianza, el juego y el aprendizaje, y estará impartido por Virginia Blaistein.
Virginia es la creadora del Club de Educación Viva Flor de Juego (https://(www.flordejuego.com) y de los proyectos Creanza y Flor de Vida y tiene una larga trayectoria como sembradora de semillas de juego.
Virginia Blaistein se nombra a sí misma como Aprendedora, Cuidadora del Alma Infantil, Jugadora, Artista y Viajera. Hermana, Amiga, Madre y abuela.
Trabaja desde el año 1975 como Maestra, hizo teatro, estudió Psicología Social, es Reflexóloga Holística, gestora de varios Espacios de Aprendizaje y Ambientes para el Desarrollo Humano en Comunidad, Capacitadora, Conferencista, Acompañante en Crianza Consciente, y podéis verla y escucharla en el Documental “La Educación Prohibida”.
Recordad que el curso estará disponible una semana completa, a partir del martes 7 de julio a las 19:00 (Hora España Peninsular).
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