PEDAGOGÍA MONTESSORI: AYER Y HOY

Maria Montessori nació en Ancona, Italia, el día 31 de agosto de 1870. Proximamente se celebrará el 150 aniversario de la llegada al mundo de esta fascinante mujer, que después de tantos años sigue presente en el ámbito de la Educación como un firme pilar, aún sorprendente, y un poderoso referente de lo que entendemos por pedagogías activas y respetuosas.

Se podrían decir muchas cosas sobre esta mujer, Doctora en Medicina, Antropóloga, Pedagoga e investigadora incansable, además de observadora nata, viajera, políglota, aventurera, escritora y portadora de profundos conocimientos sobre la infancia que no dejó de compartir y transmitir hasta los confines de la tierra y hasta su último aliento.

Desde Montessori Canela queremos festejar este aniversario recordando ese tremendo legado que dejó tras de sí la mujer que dá nombre a nuestra institución. Por eso durante este mes son varias las actividades que proponemos para tener más presente que nunca el trabajo realizado por la precursora de la primera pedagogía que puso al niño en el punto de mira, como motor de su propio aprendizaje y no como simple receptáculo vacío que la figura del maestro debe rellenar de conocimientos externos.

Contamos con la Webinar Gold sobre la Observación Científica como base de la observación científica en la filosofía Montessori, así como con Curso en línea gratuito que comienza el próximo martes 18 de agosto bajo el título “Antecedentes e influencias de la pedagogía Montessori”, en el que tendremos la suerte de contar con Paulina Domingo como formadora.

Pero hoy vamos a hablar sobre uno de los temas más importantes que puso en relevancia esta experta seguidora de la infancia:

La conquista de la independencia

La conquista de la independencia empieza en el primer inicio de la vida”…

La mente absorbente” de Maria Montessori

Desde que nacemos nuestra vida es una lucha por valernos por nosotras mismas.
Y esta verdad natural tan simple es la clave para entender todos los principios que forman la crianza y la educación respetuosa.
La libertad no se enseña, se ejercita. Y la independencia es un proceso en permanente formación.
Desde que la criatura nace, si lo permitimos, podremos observar como su vida es un continuo batallar con los obstáculos que aparecen en el camino, una sucesión de intentos y repeticiones para conseguir por si misma todo aquello que necesita.
Si el adulto reduce su actividad al mínimo, todos estos logros llegarán sin nuestra intervención. Nacemos con una fuerza vital que nos guía hacia nuestra propia evolución, no se requiere nada más que un entorno seguro para que la criatura pueda intentar, repetir y conseguir todo aquello para lo que la naturaleza nos ha dotado.

Reflexionando sobre este tema me vienen a la mente los estudios de otra gran medico, Emmi Pickler, realizados con niños huérfanos en el Instituto Loczy. Ella también observó como las criaturas ejercitaban por si mismas los movimientos necesarios para conseguir los logros deseados, y lo hacían en el momento adecuado, en el preciso instante en el que su cuerpo y su cerebro habían alcanzado la madurez necesaria para poder hacerlo.
Dejando libertad de acción en un entorno seguro los niños desarrollan al máximo sus potenciales, y como adultos, nuevamente, nuestra mejor acción es permanecer quietecitos, observar, y disfrutar del viaje!

“El desarrollo es un impulso hacia una independencia siempre mayor, se asemeja a la flecha que, lanzada por el arco, vuela recta, segura y fuerte.”

Maria Montessori

¡¡Disfruten del espectáculo!!