En Montessori Canela Internacional (OMCI), como organización dedicada a transformar la educación, nos preocupamos por el trato de temas tabú como lo es la muerte entre los padres y madres y sus hijos/as. Por ese motivo, desde nuestro observatorio hemos realizado un estudio cuyo objetivo es conocer en qué medida se habla de la muerte con los hijos/as menores de edad y cuándo y cómo se aborda esta conversación. También quisimos conocer el grado de conocimiento que los padres y las madres tienen sobre cómo sus hijos/as se sienten respecto a este tema.
Para dar respuesta a estas cuestiones, realizamos una encuesta online durante el mes de agosto de 2021 que respondieron de forma anónima 646 madres y padres con hijos/as entre las edades de 0 a 18 años.
Datos generales
El 78.07% de los padres y madres ha hablado alguna vez con sus hijos/as de la muerte. Este porcentaje es de 76.05% de los padres y madres lo ha hablado antes de los 12 años. El 63.78% lo ha hablado antes de los 6 años. Y el 47.49% lo ha hecho a los 3 o antes.
Respecto al valor de esta conversación. El 97.41% considera que es valioso hablar de ello durante la infancia o la adolescencia. Casi el mismo porcentaje (un 97.01%) opina que debería hablarse antes de los 12 años. Un 85.66% que debería hablarse antes de los 6 y un 54.18% a los 3 años o antes. Incluso un 15.94% piensa que al año ya debería hablarse.
En los casos en que se dio esta conversación entre padres y madres e hijos/as, fue desencadenada por la muerte de un familiar en un 49.09% de los casos, por la iniciativa del niño/a en un 26.14%, por la muerte de su mascota en un 16.59%, por la iniciativa del adulto en un 6.36% y un 1.82% de otros motivos.
Viendo estos resultados podemos observar que en el 65.68% de los casos esta conversación tuvo lugar una vez los/as niñas ya habían vivido una muerte cercana.
Al margen de esto, el 70.14% de los/as participantes dice que el mejor momento para hablarlo es cuando el o la niña lo solicita. El 61.74% opina que debe hablarse ante la enfermedad y/o muerte de un familiar o mascota. Un 28.62% cree que debe haber una charla programada durante la niñez/adolescencia. Y un 14.77% piensa que debe hablarse ante una enfermedad del propio menor.
Por otro lado, el 64.38% de los/as hijos/as de los encuestados ha vivido la muerte de un familiar o mascota. Este porcentaje es de 46.70% en niños de 6 años o menos. Un 10.92% de los padres y madres no ha hablado de la muerte con sus hijos/as ante lo sucedido. Y un 21.93% no ha hablado jamás de la muerte con sus hijos/as.
Cuando se les pregunta por los miedos que tienen al hablar sobre la muerte con sus hijos/as, un 42.74% de los padres tiene miedo debido al pensamiento de que estos no van a poder procesar que la muerte es inevitable, un 17.07% a que los niños/as hagan preguntas que ellos no sepan responder, otro 6.38% a que sus hijos/as tomen riesgos que pongan en peligro su vida, un 2.23% que se enfaden por mostrarles esta verdad sobre la vida, y un 31.58% dice tener otros miedos.
Por otro lado, de los que finalmente tuvieron la conversación, un 90.22% de los padres dice que cuando sucedió se pudo terminar teniendo una conversación sobre el tema con calma y tranquilidad. Un 29.54% sintió zozobra e incomodidad en algún momento de la conversación, un 6.79% lo sintió durante todo el tiempo que duró.
Percepciones de los/las menores sobre la muerte
Cuando les preguntamos sobre las percepciones que tienen sus hijos/as sobre la muerte. Un 24.26% de los padres nos respondió que los menores de 5 años perciben la muerte como algo permanente. Un 37.87% desconoce si lo perciben así y otro 37.87% dice que no la perciben como tal.
Siguiendo con las percepciones, un 35.01% de los padres y madres dice que los niños y niñas poseen ideas imaginarias sobre la muerte (como que la persona que murió ahora es un espectro), un 24.33% dice que no y un 40.66% dice no saberlo.
De los datos anteriores podemos observar que sobre el 40% de los padres y madres desconoce cómo los niños de 6 años o menos entienden la muerte.
Respecto a los adolescentes, un 59.38% de los padres considera que no perciben la muerte igual que una persona adulta. Un 23.28% dice que sí lo percibe igual y un 17.34% nos dice no saberlo.
Indagando más sobre las percepciones de los/as niños/as sobre la muerte. Un 58.16% de los padres dice que a los niños/as les preocupa su propia muerte y las de sus encargados. Un 37.95% comenta que les preocupa quien se haría cargo de ellos si sus encargados mueren. Un 30.95% afirma que los niños no tienen preocupaciones asociadas a este tema en edades tempranas.
Respecto a las percepciones de los y las adolescentes sobre la muerte. Un 68.27% de los padres y madres dice que les preocupa comprender el porqué de la vida y la muerte. Un 55.37% opina que les preocupa su propia muerte y/o de sus encargados. Un 7.00% dice que no tienen preocupaciones asociadas a la muerte.
Quién debe comunicarlo y cómo
Cuando se les pregunta quién debe ser el encargado de hablarles sobre este tema a los y las niñas, el 93.00% de los padres y las madres coincide en que deben ser ellos quienes lo hablen. Aunque un 60.03% de ellos/as también ve adecuado que los docentes tengan esta conversación. Un 58.01% ve adecuados a los y las psicólogas. Un 26.75% menciona a los profesionales de salud. Un 10.06% piensa que también es válido que lo hablen con otros niños y niñas. Y un 5.75% opina que nadie debe hablarles de ello, que es un aprendizaje que se adquiere viviendo.
Volviendo a los casos de los niños y niñas que han vivido la muerte de un familiar o de una mascota. El 65.74% de los padres les dijeron que la persona/mascota ahora estaba en el cielo, el 23.90% les dijo que había desaparecido para siempre, y el 10.36% que la persona/mascota estaba dormida eternamente.
Relacionado con esto, cuando les preguntamos qué harían idealmente cuando los niños/as preguntan dónde está la persona muerta, el 31.59% de los padres y madres les dice que enterrado, el 35.07% dice que en el cielo y el 33.33% dice descansando.
Cuando se les pregunta a todos/as ellos/as como explicar la muerte a un niño/a o adolescente, el 59.97% dice que se debe decir que el cuerpo de la persona dejó de funcionar, el 9.73% dice que fue la voluntad de Dios, el 1.41% dice que la persona los ha abandonado y el 0.6% dice que la persona se durmió. Hay también un 28.26% que opina otras opciones.
Podemos observar en los párrafos anteriores que, aunque la mayoría de los padres y madres opina que idealmente hay que dar respuestas más biológicas y/o físicas, ante el suceso se terminan dando principalmente respuestas más espirituales.
Por otro lado, el 70.75% de los padres y madres considera que en el momento de explicar la muerte a sus hijos/as se deben dejar de lado las creencias del adulto, para que el niño/a pueda conformar las suyas propias.
El 94.59% de los y las encuestadas dice que sería tolerante si en el colegio se le habla de la muerte desde otras creencias que las familiares, para permitir que su hijo/a reciba distintas enseñanzas para forjar su propio criterio.
Cuando se habla de cómo deberían ser las conversaciones sobre la muerte con los niños un 76.98% de los padres y madres opina que el adulto debería promover que el niño haga preguntas, un 20.37% dice que usando juguetes y un 1.14% opina que en un tono solemne y cortante.
Cuando se les pregunta sobre los y las adolescentes, un 64.54% de los padres y madres encuestados comenta que lo óptimo sería entablar una charla con ellos/as para abordar el tema de la muerte. El 64.39% también opina que el adulto debería promover que el adolescente haga preguntas, un 15.24% dice que usando el arte y el juego, y solamente un 0.62% dice que en un tono solemne y cortante.
Cuando se pregunta por qué estrategias creen que son buenas para que el menor se despida de la persona/mascota que acaba de morir, un 81.03% comenta que hay que hablarle de forma abierta sobre el tema. El 55.21% cree que debería ofrecerse un ambiente tranquilo y con la menor cantidad de cambios posibles. Un 17.42% dice que se debería llevar al menor a terapia psicológica. Solamente un 2.02% dice que se deben evitar los actos fúnebres.
Cuando les preguntamos sobre consejos que darían para un buen acompañamiento al menor durante la muerte de un conocido. El 79.63% dice que hay que aceptar que acompañar en el duelo no implica necesariamente que el dolor vaya a irse. Un 58.48% dice que las emociones del adulto también es importante que se valoren. El 53.50% comenta que no todas las preguntas que haga el menor pueden responderse.