La historia son ciclos que de alguna manera se repiten. Hay quien piensa que eso del método Montessori “está de moda”, sin embargo a veces viene bien echar la vista atrás y activar nuestra memoria histórica.
En 1915 ya existían más de 40 escuelas Montessori en nuestro país, concretamente en Cataluña, lugar donde el Curriculum Oficial que se adoptó para las escuelas públicas de la época fue lo desarrollado por Maria Montessori. Este territorio centraba sus esfuerzos en reducir el analfabetismo y realizar una transformación social. Era un ambiente idóneo para que soplaran los vientos nuevos que traían de la mano pedagogías como ésta, que pronto calaron en la comunidad educativa y alcanzaron su apogeo durante los años de libertad que trajo consigo la Segunda República.
De hecho, Maria Montessori vivió en Barcelona durante un tiempo. Llegó aquí tras exiliarse de Italia, donde Benito Mussolini había tomado el poder haciendo de la vida algo irrespirable. Y permaneció en Cataluña hasta que el comienzo de la guerra civil, en 1936, la obligó a partir de nuevo en busca de un lugar más seguro. Maria Montessori tenía 66 años de edad.
Sin embargo, su legado y sus ideas la precedieron. El final del siglo XIX dejó entreabierta la puerta de la educación española a otras corrientes de renovación pedagógica. Ya desde 1876 operaba la Institución Libre de Enseñanza, a la que siguieron otras como el Museo Pedagógico. Aparecieron figuras como María de Maeztu, que dirigió la Residencia de Señoritas, y nuevas miradas, como las de la Escuela Moderna o las del maestro francés Célestin Freinet, precursor de un método antiautoritario en el que la figura del profesor no sirve para mandar sino para orientar. Los alumnos salían de las escuelas y exploraban su entorno, donde podían descubrir inquietudes y problemas para discutir después en sus asambleas. Tras la elección del proyecto en el que querían trabajar, acudían a la biblioteca para preparar conferencias y escribir un texto que, tras ser corregido en grupo, incorporarían a una revista elaborada por la clase, que además se puede intercambiar con otros centros para conocer otras realidades.
En este contexto, se proclamó el 14 de abril de 1931 la II República española que impulsó la escuela pública, laica, más igualitaria y con la obligatoriedad de la primaria.
Muchos maestros y maestras salieron de España y volvieron con la maleta cargada de nuevas ideas y métodos que después aplicaron en sus escuelas.
Y muchos otros hicieron la maleta, pero no para alejarse, sino para acercarse a todos esos pueblos y aldeas en donde el analfabetismo estaba a la orden del día y las niñas estaban excluidas de la escuela. La sola presencia de estas mujeres activas, inteligentes y cultas que se presentaban en los pueblos a extender la educación suponían un revulsivo. Las niñas comenzaron a tener ejemplos alternativos a los roles tradicionales de madre y esposa.
Las maestras también daban clase a adultos, en las que explicaban asuntos referidos a la higiene, la sexualidad o la maternidad, en una España aún llena de falsas creencias sobre el mundo femenino.
Por primera vez en un país profundamente rural, la cultura y el arte salían de las ciudades para acercarse a los lugares más remotos de nuestra geografía, a los más apartados y anclados a sus costumbres ancestrales, acercándoles el teatro, la música y las posibilidades que brinda saber leer, escribir y analizar de manera crítica el mundo circundante.
Todas estas ideas transgresoras de poner la Educación al alcance de la comunidad llegaron a su culmen durante la Guerra Civil, en los territorios republicanos, pero terminaron abruptamente con el fin de la contienda y los oscuros años de la dictadura española.
Todo este trabajo quedó sepultado, aunque no olvidado, en los más de treinta y cinco años de represión y autoritarismo que supuso el franquismo.
Y a partir de 1975, con la llegada de la democracia, las semillas que habían sido dispersadas muchos años antes, fueron encontrando de nuevo tierra fértil para tímidamente, y muy despacito, volver a brotar…
Y poco a poco las maestras y maestros, que tan represaliados y perseguidos habían sido, teniendo que exiliarse en el mejor de los casos, o que hacerse invisibles para permanecer en una España triste y angustiada, pudieron ir desempolvando el miedo de sus vidas, y recuperando la autonomía de pensamiento y el espíritu crítico… Y las ideas volvieron a circular, y los corazones a recordar, que existían otras maneras, y que eso de la “letra con sangre entra” era solo un mal sueño…
Y poco a poco las maestras y maestros, que tan represaliados y perseguidos habían sido, teniendo que exiliarse en el mejor de los casos, o que hacerse invisibles para permanecer en una España triste y angustiada, pudieron ir desempolvando el miedo de sus vidas, y recuperando la autonomía de pensamiento y el espíritu crítico… Y las ideas volvieron a circular, y los corazones a recordar que existían otras maneras, y que eso de la “letra con sangre entra” era solo un mal sueño…
Y la escuela pública volvió a soñar, y a crear, y a inventar un nuevo camino para esa España maltrecha, dolorida, quebrada, que necesitaba levantar cabeza de nuevo y continuar viviendo, sin una bota en el cuello y una pesada losa sobre la espalda.
Y fueron surgiendo nuevas miradas, nuevas corrientes, y como todo lo nuevo tiene algo de viejo, también se dirigió la vista atrás para recordar lo ya andando y recuperar todo ese trabajo tan válido que las compañeras de profesión ya habían trazado antes, en un camino lleno de maleza pero no oculto del todo…
Y en ese contexto, allá por el 2006, varias personas llegadas de distintos lugares como Francia o Chile, se encontraron en su deseo de regar la simiente de las ideas que María Montessori había esparcido por nuestras tierras. Es así como Céline Hameury, Colette Chaumier, Betzabé Lillo Orellana o Marco Zagal, entre otras personas, deciden recuperar y volver a sembrar estas semillas de educar para la paz y en el respeto al niño, y comienzan a labrar la tierra en forma de Seminarios, Encuentros y Charlas, creando de nuevo Formación para profesores en el Método Montessori, llevando estas ideas a la Universidad, abriendo el debate, y creando escuelas. Así nace, en 2006, la escuela Montessori «La Casa verde», fundada por Colette Chaumier junto con una asociación de madres y padres. Un espacio educativo rural en la provincia de Málaga. Y nace también la Organización Montessori Canela Internacional, con la ilusión de preparar a futuras Guías y extender así esta filosofía educativa, creando redes y trabajando codo a codo con la escuela pública y diversos proyectos educativos, vinculando la investigación de vanguardia a las prácticas de aula, llevando estas ideas a otros países como Chile, Colombia o Perú, y recordándonos a todos que estamos a tiempo, que está en nuestras manos crear comunidades basadas en el respeto y la libertad.
Y que mereció la pena todo el esfuerzo y la energía que como pioneros tuvieron que hacer para abrir el camino a todas las personas que hoy tenemos mucho más accesible Montessori. Es una alegría y motivo de celebración ver que el trabajo que empezaron con ilusión nuestras abuelas y bisabuelas no fue en vano.
Montessori y creatividad
Y es precisamente Céline Hameury quien nos acompaña esta semana en el Curso en línea que comienza el martes 1 de junio. Con el tema “La música basada en Montessori”.
Un tema maravilloso, en el que Céline nos acompañará a través de varias sesiones realizadas en formato de vídeo. Son clases presenciales que quedan registradas en nuestra aula virtual para que puedas volver a estudiarlas durante toda esta semana de formación.
Céline es maestra de infantil, profesora de inglés,y guía Montessori formada en Irlanda en 1999. Ha trabajado en escuelas Montessori Irlandesas antes de viajar alrededor del mundo durante un año para ampliar sus conocimientos pedagógicos. Desde 2007 se dedica a compartir su pasión por la filosofía Montessori en Universidades, escuelas, asociaciones y encuentros del mundo a través de sus cursos, que ha impartido por todo el territorio Español, y también en Portugal, Italia, Chile, Argentina , Perú, Uruguay, Ecuador y Bolivia.
No te lo pierdas, es una estupenda posibilidad de profundizar un poco en la parte más emocional de la filosofía Montessori. Maria Montessori fue Doctora, Maestra, Antropóloga… Dedicó su vida a estudiar, observar a los niños, escribir y poner en práctica todo lo aprendido. En la época en que ella vivió la espiritualidad estaba muy ligada a la religión, y la creatividad y el arte estaban quizá mas alejados de la escuela. Es por eso que ahora, que ha pasado más de un siglo, nos toca reinventar y profundizar en ciertos aspectos como la educación emocional, musical, artística, y todo ese mundo más creativo, lúdico y, por llamarlo de alguna manera, espiritual que es igual de importante que el resto de áreas y además se entreteje entre todas ellas, convirtiendo el camino del aprendizaje en algo holístico, nutritivo y completo. Para ser adultos sanos es importante que de pequeños podamos expresarnos y desarrollarnos en todas nuestras facetas, y la creatividad es quizá, una de las más hermosas, y también de las más acalladas de nuestra sociedad.
Montessori Canela, trabajando día a día por una educación respetuosa, equilibrada y al alcance de todas.