Hay momentos que inspiran y otros que sacuden. Después de ver la destrucción que dejó el Huracán María en Puerto Rico creo que la sacudida nos inspira.
Hace casi quince años un grupo de padres, madres y estudiantes que se graduaban del sexto grado querían continuar sus estudios de nivel secundario dentro la filosofía Montessori. Así que se unieron muchas manos para crear una nueva escuela. Todo pareció confabularse de manera tal que poco a poco iban cayendo las cosas en su lugar como piezas de un gran rompecabezas. De pronto, nos encontramos escribiendo una nueva historia.
Como norte, estuvo el desarrollo integral del adolescente. Como viento que nos movía, la alegría de cada miembro de la comunidad y la certeza de que urgía abrir espacios para una educación no tradicional. La Dra. María Montessori había dejado como legado para la educación del joven un silabario y algunos artículos. Contábamos con la experiencia en la enseñanza a nivel secundario y la preparación como guías.
En agosto del 2003 abrió sus puertas Estancia Montessori con doce jóvenes como estudiantes de la escuela. Esto fue posible gracias al trabajo comunitario que se realizó. Las familias, los jóvenes y las guías formaban parte intrínseca de la creación de la escuela. El presupuesto era casi nulo, pues la organización es privada y muy pequeña como para recibir algún tipo de ayuda o financiamiento.
Después de 28 años como educadora de nivel secundario y 18 años dentro de la filosofía Montessori estoy convencida que en el periodo de la adolescencia es donde se fortalece el desarrollo humano. Los adolescentes se encuentran en un periodo crítico para la evolución de la inteligencia emocional y social. De querer cambios en nuestra sociedad es deber de todos construir espacios educativos que sean asertivos y respondan a las características y necesidades del adolescente. De esta manera se puede ir desplegando el potencial interno del ser humano. El mismo desarrollo redunda en una preparación real para la vida adulta en sociedad. Queremos una sociedad civil democrática, consciente de la interdependencia, socialmente responsable, y emocionalmente saludable. Entonces es imprescindible la valorización del joven.
Visto desde una perspectiva más científica que humanista, el trabajo educativo con los adolescentes tiene una nueva importancia. Durante este periodo existe una reestructuración neurológica única. Surgen nuevas sinapsis, y con ellas nuevas posibilidades. Como el surfer experto reconoce una buena ola a la hora de surfear, así el educador debe reconocer en la adolescencia un periodo preciso para un desarrollo humano integral saludable. El trabajo educativo con jóvenes debe ser basado en el conocimiento y con una consciencia holística. Trabajar de esta manera con jóvenes no sólo es gratificante, sino imprescindible.
Lo que muchos pensaron sería una utopía, hoy es una escuela donde se germina de manera holística el potencial del joven. La infraestructura de la escuela esta lastimada por el paso del huracán. Aún no podemos abrir las puertas para regresar a nuestras labores. No obstante, la sacudida que nos trajo el Huracán María dejo ver la importancia de incorporar espacios educativos que fortalezcan a las personas más allá de un conocimiento académico. En este momento que no hay agua potable, electricidad y comida fresca, donde las comodidades son cosa del pasado, y el entorno natural está destruido es evidente la necesidad de dirigir los currículos hacia una educación de sentido.
Alicia M. Landívar
Ed. D. NSC y formadora de Montessori Canela Internacional
En la voz de Lilia, estudiante de Estancia Montessori:
Estancia Montessori es una comunidad de aprendizaje para jóvenes de 12 a 18 años de edad. La filosofía de la escuela responde a los principios educativos y el silabario de la Dra. María Montessori. El ambiente preparado para el adolescente se le conoce como el Erdkinder, que significa Niños de la Tierra.
Como alumna de la primera generación de Estancia Montessori, considero que la escuela era para mi un santuario, mi hogar, un lugar donde hice amigos para toda la vida. En este espacio aprendi sobre el respeto y a conectarme con el medio ambiente. Las mejores memorias de mi adolescencia son en Estancia.
El Huracán María dejo a Puerto Rico devastado., incluyendo Estancia. La comunidad se ha levantado para limpiar y reponer este santuario. La reconstrucción toma más de lo que ellos solos han hecho o pueden hacer. Los estudiantes no han podido regresar durante el mes de octubre. Por esta razón decidí desde donde estoy, no vivo en Puerto Rico hace varios años iniciar un gofundme. Espero esto pueda ayudar a reconstruir y establecer la escuela. Ayudar a Estancia Montessori es ayudar a que nuevas generaciones en Puerto Rico puedan crecer, aprender y conectarse con ellos mismos y con el ambiente.
Su ayuda es agradecida.
Lilia Rivera
Salud Pública
Miami, Florida.