La Educación Montessori aporta elementos que contribuyen a humanizar los espacios educativos actuales y que se aplican en diferentes escuelas. Su esencia es la Observación científica, un buen punto de partida para la preparación de los maestros.
El adulto abre su mirada para descubrir, sin prejuicios, el potencial y los talentos de cada alumno, contribuyendo de esta forma al desarrollo de la personalidad en espacios pacíficos y emocionalmente cuidados. Es importante como herramienta pedagógica ya que permite conocer a cada niño-joven, y personalizar así sus procesos educativos.
Se ha demostrado que los seres humanos tenemos diferentes intereses, momentos en que logramos una concentración profunda y esto difícilmente saldrá a la luz en clases que fragmentan los conocimientos en un tiempo reducido de 45 minutos, ni con diseños curriculares que pretenden que los niños ‘aprendan lo mismo, al mismo tiempo’. Esta observación aporta elementos que permiten analizar el trabajo pedagógico cotidiano y de las políticas institucionales, favoreciendo al interior de cada equipo la toma de decisiones para lograr promover aprendizajes profundos y para toda la vida, a la luz del ‘curriculum expuesto en el Ambiente Preparado’.
Aprender a Observar y aplicarlo en el contexto educativo es esencial para avanzar en la implementación de modificaciones pedagógicas que permitan a los niños, niñas y adolescentes un aprendizaje integral, a partir de un currículum interdisciplinar.