Creando hábitos de aprendizaje en casa

¿Cómo desarrollar entonces en casa hábitos, cultivar el esfuerzo personal, la disciplina y la autogestión del tiempo? Hemos de repensarnos, volver a replantearnos qué es para nosotros el desarrollo equilibrado en la infancia. Como dice Maria Montessori ‘no es dejar que los niños hagan lo que quieran, sino que quieran lo que hacen’. 

¿De qué forma podemos desde el hogar favorecer espacios que permitan que nuestros hijos e hijas desarrollen el máximo potencial de sus talentos? Maria Montessori nos plantea que una persona disciplinada es alguien que logra ser dueña de su cuerpo y de su mente. Entonces, es importante dejar un lugar para la quietud, para encontrarnos mirándonos a los ojos y dejar que fluyan los diálogos compartidos, pues a través de las innumerables preguntas que por naturaleza los niños y niñas tienen, es que se va ampliando su conocimiento sobre el mundo que le rodea. Para esto un niño no necesita un libro de texto o responder tres preguntas en una ficha. Lo que necesita un niño hoy en día es tiempo para poder descansar, jugar y descubrir lo que necesita y lo que le interesa acompañado de adultos que logren hacer una pausa en su día a día y se regalen la maravillosa experiencia de aprender y crecer junto a quienes más aman.

Vínculos amorosos y límites claros orientan y dan seguridad a los niños. Acompañemoslos en lograr autogestionar el tiempo en casa a partir de la realidad que tiene cada familia, desde los pequeños detalles cotidianos como repasar las tareas o actividades propias del hogar en las que se puede implicar, hasta contar con tiempos no planificados donde busquen por sí mismos lo que quieran hacer, cuidando de esta forma un desarrollo orgánico y emocional que le dará herramientas para poder desenvolverse de forma armoniosa en cualquier contexto donde se encuentre. 

El artículo 31 de la Convención de los Derechos de la Infancia nos recuerda que: “El niño tiene derecho al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”. Propiciemos espacios así para todos, incluyéndonos a nosotros mismos. Que Kairós entre en nuestras vidas no sólo cuando preparamos lo que haremos durante las vacaciones, sino que esté presente en el día a día logrando una mejor calidad de vida.