“Aprender haciendo.”
En cuántos lugares del mundo, incluso en occidente hace no tantos años, las niñas y niños participan activamente en las labores del hogar. Una fuente inagotable de conocimientos que les acompañarán para siempre y les ayudará a trabajar y desarrollar sus capacidades manuales.
En la Educación Montessori, en la etapa de Casa de Niños (de 3 a 6 años), tiene muchísima importancia lo que la Doctora llamó Vida Práctica, y no es otra cosa que la creación de un ambiente dentro del aula similar al hogar, en donde los niños y niñas practican a diario labores como preparar el almuerzo, lavar los platos, limpiar las mesas, las pizarras y las ventanas… Barrer y fregar el suelo, lavar ropita o trapos y tenderlos, encerar la madera o coser. Estas son algunas de las tareas que se acostumbran a realizar, eso sí, siguiendo unos pasos determinados que su Guía les va mostrando para que después lo continúen haciendo solitos.
Estos pasos determinados se basan en aspectos como realizar movimientos circulares (por ejemplo, para limpiar una mesa o una ventana) y comenzar de izquierda a derecha y de arriba abajo. ¿Porqué? Muy sencillo, de esta manera se van introduciendo aspectos que luego serán esenciales en el desarrollo de la lectoescritura.
Además, el hecho de aprender estas tareas siguiendo una rutina establecida de pasos concretos ayuda a su cerebro a fijar secuencias, ejercitar la memoria y trabajar el orden, tanto exterior como interior.
Todas estas tareas además, ayudan a procesos específicos que se están desarrollando en esta etapa de su crecimiento y que responden a movimientos que ellos necesitan realizar. Por ejemplo, hacer esfuerzos físicos como mover algunos muebles adecuados a su tamaño para colocar su silla o su mesa, movimientos grandes con los brazos al limpiar ventanas o pizarras, y movimientos finos y sutiles para labores más delicadas. De esta forma trabajan tanto la motricidad gruesa así como la fina, y también fomentan el perfeccionamiento de los sentidos.
Y todas estas cosas se trabajan mediante acciones de la vida cotidiana que lógicamente les van a servir dentro y fuera de la escuela. Aprender las tareas básicas del cuidado del hogar y del entorno, así como de su propia persona (ponerse y quitarse la ropa, lavarse las manos, limpiar sus zapatos, atar los cordones y hacer lazos, etc.) hace que adquieran autonomía e independencia, dos aspectos esenciales en el crecimiento de cualquier persona, que además hace que caminen por la vida con un mayor aplomo y seguridad en sí mismas.
Lo mejor de todo es que estas actividades se muestran de una manera que resultan atractivas y desafiantes, no obligaciones impuestas, y para las niñas y niños se convierte en un reto emocionante al que se entregan con ilusión y altas dosis de esfuerzo. De esta manera aprenden trabajando, y duramente en ocasiones, pero al mismo tiempo no deja de ser un juego, divertido y lleno de matices, el juego de la vida.
En otros lugares del mundo.
Fuera de Occidente, es más fácil ver a los niños formando parte activa de las labores de su hogar; cuidando de sus hermanitos más pequeños en las familias numerosas, o de los animales en el caso de tenerlos, participando en la recolección de verduras o frutas, pescando, yendo a buscar agua o comida, limpiando… En fin, multitud de tareas que sirven para absorber todo lo relativo a su cultura y forma de vida, además de convertirles en seres importantes dentro de su comunidad, con labores relevantes que desempeñar en beneficio del grupo.
Mientras el “trabajo” sea adecuado a sus capacidades y posibilidades no es negativo en absoluto sino todo lo contrario, siempre que exista respeto también a los espacios propios del niño.
Lo que abogaba Maria Montessori era algo sencillo y a la vez de profundas dimensiones: Tanto en la escuela como en casa, dejar que los niños participen junto a las personas adultas en las labores del hogar, que aprendan y disfruten con ellas; y permitirles formar parte activa del cuidado de su propio cuerpo y de su entorno inmediato.
No solo en la limpieza sino también en el embellecimiento del mismo. Colocando unas florecitas en un jarrón, un tapete bonito sobre la mesa, doblando las servilletas de diferentes formas, en fin, no convirtiéndoles en personas ajenas a su propio mundo y dependientes de ayuda externa, sino trabajando codo con codo en la vida diaria, para construir una convivencia armoniosa y equilibrada, sintiendo que cada una aporta su granito de arena.
Aprender haciendo… De la vida un juego.”
“Vida práctica como fuente de vida”
¿Os ha parecido interesante todo esto? Pues aún hay más!! Esta semana, a partir del martes 28 de julio, tenemos la gran suerte de contar con Socorro Nieto para trabajar sobre este tema. Nos regala su sabiduría en el próximo curso online de la Organización Montessori Canela Internacional. El título del curso es: “Vida práctica: Fuente de vida en la infancia”.
No solo es un temazo sino una formadora excepcional, algo de lo que yo misma puedo dar fe después de haber sido alumna suya! Repasemos un poco su trayectoria…
Socorro Nieto es Formadora y Coordinadora de la formación de Guías Montessori de Casa de Niños y Comunidad de Montessori Canela Internacional.
Es Guía Montessori de Casa de Niños 3-6 por la AMI y colaboradora directa de Olga Dantus en Casa de los Niños NAN, en México.
Ha dictado a lo largo de su amplia trayectoria como formadora numerosos cursos de desarrollo humano y pedagogía Montessori.
Es experta en el acompañamiento de la infancia y en el trabajo con familias, actualmente lidera proyectos de formación del profesorado (Guías Montessori de Casa de Niños) en España y México principalmente.
Y además es una persona maravillosa y muy, muy divertida.
No pierdas esta oportunidad, solo tienes que registrarte a partir del martes a las 19:00 horas (hora península ibérica) en:
https://montessoricanela.com
Organización Montessori Canela Internacional, siempre en busca de nuevos caminos para una Educación respetuosa, inclusiva y humanista.
En los momentos difíciles, se hace más importante que nunca mantener la mente activa y despierta.